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La primera vez que tuve relaciones sexuales con un hombre por dinero, fue en septiembre. todavía hacía tiempo de verano, pero la calefacción estaba ya encend
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La primera vez que tuve relaciones sexuales con un hombre por dinero, fue en septiembre. todavía hacía tiempo de verano, pero la calefacción estaba ya encendida en la habitación del motel y parecía llenar mi garganta de polvo. El hombre era muy soso, de ojos pequeños y no más alto que yo. Parecía asustado. Casi no me miraba. Cuando le pregunté qué quería que hiciese, me dijo: Es tu trabajo. Así empieza la fascinante e inolvidable primera novela de la poeta Laura Kasischke. La narradora y protagonista del relato es Leila Murray, una atractiva mujer de 24 años, casada, que trabaja como recepcionista del Swan Motel en Suspicious River, un pequeño y solitario pueblo de Michigan. All, siguiendo un impulso irresistible, se prostituye voluntaria y compulsivamente con los clientes por 60 dólares, el mismo precio que una habitación, en busca de algo que ella misma no sabe identificar, algo vago, blanco y brillante, que sólo será aclarado hacia el final de esta terrible, intensa y poderosa novela. Elocuente, llena de suspense, rica en imágenes... terrible. Kirkus Reviews Una profunda bajada a los infiernos. La mirada fría de Laura Kasischke le atrapó, al igual que la dureza de su universo poético. Jean-Luc Douin - Le Monde Al mismo tiempo aterrador y extremadamente expresivo, el libro es una exploración de carácter metafísico de la separación entre el cuerpo y el alma. New Yorker Realmente genial. Una obra maestra. Laurent Goumarre - Max Una novela cortada con navaja. Cromada, brillante, deslumbrante. Una lenta tortura. Duele, pero es sublime. È Valérie Broquisse - Le Figaro Madame Suspicious River es una novela despiadada. De ah nace toda la fuerza de este libro. Michel Polac - Charlie Hebdo Suspicious River atrapa con imágenes que nos sitúan en el estrecho límite que se abre entre pasión y destrucción. Un trabajo de belleza misteriosa, con imágenes inmediatas y vibrantes que obsesionarán al lector durante años. Seattle Times