Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Compra desactivada, en breve podrá realizar su compra.
Este libro no es una biografía de Franco. Tampoco es una Historia de su régimen. De una cosa y de otra hay abundantes y señeros ejemplos en cualquier bibliot
info
Este libro no es una biografía de Franco. Tampoco es una Historia de su régimen. De una cosa y de otra hay abundantes y señeros ejemplos en cualquier biblioteca. Este libro es otra cosa: es un ensayo de interpretación; es un intento por entender qué significó el régimen de Franco y cuál debe ser su auténtico lugar en la Historia de España. ¿Y por qué ensayar una interpretación del franquismo a estas alturas? Precisamente porque estamos a estas alturas, es decir, muy lejos ya de los tiempos en que el franquismo tuvo vigencia.Ser franquista, hoy, es un puro ejercicio de vacío. El de Franco fue un régimen excepcional, nacido de circunstancias excepcionales y que hubiera sido imposible fuera de esas condiciones de excepción. Por tanto, ser franquista en condiciones distintas a aquellas no tiene sentido. Pero, por las mismas razones, ser hoy antifranquista no es mucho más sensato. Franco murió en 1975, después de largos años de gobierno, y sin que su régimen tuviera que hacer frente a demasiadas resistencias interiores. Puede entenderse que hubiera antifranquistas cuando Franco gobernó, y sin duda es legítimo elogiar a los que sacrificaron su vida por sus ideales. Pero casi cuarenta años después de muerto Franco, ¿qué sentido tiene ser antifranquista?Sin embargo, el sistema de poder vigente en España desde 1978 ha hecho del antifranquismo uno de sus rasgos centrales. Se hable de lo que se hable, el discurso oficial insiste una y otra vez en definirse por oposición al franquismo. Si la mayoría de los españoles son católicos, es por culpa del franquismo, nos dice la izquierda; si los derechos laborales de los trabajadores son abusivos, es por culpa del franquismo, nos dice la derecha; sentirse español es franquista, nos dicen los separatistas, y si hay separatismo es por culpa del franquismo, nos dicen los cantores de la España una-y-constitucional. ¿Cuántas veces no habremos oído esto? Y sin embargo, ¿es sensato seguir culpando a Franco de todos nuestros males casi cuarenta años después de muerto el dictador y su régimen?