Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Compra desactivada, en breve podrá realizar su compra.
Al igual que la protagonista de su novela, Francesca Mazzucato trabajó durante tres meses en un teléfono erótico de Módena. Por lo tanto, sabe de qué habla
info
Al igual que la protagonista de su novela, Francesca Mazzucato trabajó durante tres meses en un teléfono erótico de Módena. Por lo tanto, sabe de qué habla cuando nos cuenta esta bella historia de una obsesión al filo de un «un cruce de soledades», como define ella misma esa «masturbación a distancia» de las llamadas líneas calientes. Lorena, una profesional del sexo, sabe decir las palabras adecuadas, conoce los trucos precisos para atizar el deseo y satisface al interlocutor de turno con intensidad variable pero siempre con la curiosidad de quien sabe transformar en conocimiento aquello que para la mayoría no es sino una experiencia escandalosa. Lorena ejerce su profesión con sorprendente alegría, teñida no obstante de cierta inquietud ante la constante llamada de lo desconocido. Las voces solitarias ?a veces duras, a veces tiernas, a veces ávidas? que la acompañan en la noche provienen de los lugares más dispares: bares, cuartos a media luz, estaciones, centros comerciales, lugares anónimos, subterráneos y periféricos, que ella imagina envueltos en luces mortecinas. Estas voces, estos personajes en la sombra, van alternando experiencias comunes con otras mucho más extremas, crudas, casi peligrosas, en un coro fantasmal en el que los límites parecen confundirse. Un día, desobedeciendo las normas de la oficina para la que trabaja, siente la necesidad imperativa de conocer al portador de la seductora voz de un hombre. ¿Hasta dónde la llevará la pasión transgresora que Lorena empezará a sentir por el extraño Gabriele? ¿Qué papel habrá desempeñado el afecto morboso que ella siente por un padre siempre lejano en la elección de semejante profesión y en esa irresistible atracción suya por los lugares poblados de una humanidad marginal y marginada?