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Mientras se forjaba su leyenda, el Priorato era el núcleo duro y la pulpa de una nuez con una cáscara prestigiosa: la Ordo Milites Templi (O.M.T. Orden de lo
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Mientras se forjaba su leyenda, el Priorato era el núcleo duro y la pulpa de una nuez con una cáscara prestigiosa: la Ordo Milites Templi (O.M.T. Orden de los Caballeros Templarios). Se ponían detrás de la historia y de la política del medievo, como sus auténticos inductores. No se apearon del fraude hasta finales del pasado siglo, cuando, ante sus mismos cofrades, ya era imposible sostenerlo. Pero la leyenda andaba ya sus propios pasos.Según sus Estatutos, el Priorato de Sión tiene como objetivos restituir la antigua Caballería, la ayuda mutua entre sus miembros, y disponer un «priorato» que sirva a los suyos de centro de estudios, meditación, reposo y oración.El presente trabajo pone a la luz su verdadera naturaleza. Al margen de su aparición obligatoria y pública (los citados Estatutos), confiesa también otra realidad secreta: la herencia templaria, archivos secretos, el dominio de la gnosis (una iglesia de Juan superior a la de Pedro), o la reivindicación para su Gran Maestre, Pierre Plantard de una sangre y de un linaje dinástico definitivo.El autor esclarece la condición del Priorato. El Priorato queda en su lugar. Y no es poca la tarea de desembarazarlo de los despropósitos que otros, más iluminados, recientemente han escrito sobre él.Luís Miguel Martínez Otero es autor entre otras obras de Iniciación al Simbolismo (1986); Fulcanelli. Una biografía imposible (1986); Claves del péndulo de Foucault (1989); El Laberinto (1991) y La Cruz (1993) todos ellos publicados por Ediciones Obelisco. Otros títulos de este autor son: Comentarios al Mutus Liber (1985); Esperando al milenio. Reflexiones sobre el fin de los tiempos (1985); Heterodoxos en el Camino de Santiago (1990); Dossier René Guénon (1991); Satán (1994); Hoja de Especulaciones Metafísicas (2004) y Especulaciones Metafísicas (2004).