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La pareja, el amor, el sexo. Tantos conceptos completamente sobrevalorados que sólo sirven para enriquecer a las floristas. ¿Y si prefieres estar con tu gato?
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La pareja, el amor, el sexo. Tantos conceptos completamente sobrevalorados que sólo sirven para enriquecer a las floristas. ¿Y si prefieres estar con tu gato?, ¿y los enamorados de la soledad?, ¿y las que quieren acostarse en diagonal en la cama, sin depilarse? El problema es que la seducción acecha en cada esquina, en el curro, en las fiestas, en internet. Los enamorados del amor están por todas partes, ellos y sus ridículos corte-jos de palabras dulces y corazones por conquistar. Para escapar del amor se necesita más que una guía; se necesita aprender un arte marcial a medio camino entre la autodefensa y la filosofía (y hay que hacerlo rápido). ¡Valor, solteras y solteros! Tomemos la Vía del Rastrillo (dar un buen corte porque sí), y, francamente, les va a caer la del pulpo. Después del éxito alcanzo con su anterior título: Antikamasutra, esta pareja vuelve a la carga con un segundo tomo, Di que no, igual de subversivo y crítico con las re-laciones personales y, especialmente, lo que más les gusta, las relaciones de sexo. ¡Coraje, solteros y solteras! La Vía del Rastrillo está llegando y eso de dar calabazas está pegando fuerte. Atención, punto importante: hacer lo contrario de lo que se recomienda en este libro puede arrastrarte a tu perdición personal.
