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Quizás ninguna guerra de los tiempos modernos ha suscitado tantas pasiones como la española, pues allí se libraba una lucha abierta entre las ideologías enf
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Quizás ninguna guerra de los tiempos modernos ha suscitado tantas pasiones como la española, pues allí se libraba una lucha abierta entre las ideologías enfrentadas que caracterizaban el mundo de aquel momento. Por esta razón, un gran número de escritores, intelectuales y periodistas se trasladaron a España y ejercieron como corresponsales en uno u otro bando. Muy pocos intentaron ser neutrales o, al menos, buscar la imparcialidad: la ideología fue por delante, hasta el punto de que la información de la guerra civil fue la apoteosis de la no objetividad. Crónicas y artículos de opinión sobre la guerra de España redactados por primeros espadas del periodismo mundial llenaron miles de páginas de la prensa europea y norteamericana. Se dio más en la primera etapa de la contienda, pero la información siempre fue importante, incluida la de la más sangrienta y dura de las batallas, la del Ebro. Algunos rotativos de gran prestigio y difusión tenían corresponsales incluso en los dos bandos, que los responsables de información de tales rotativos se encargban de controlar. Hubo grandes reporteros, como Hemingway, Butler, Barzini, Ehrenburg, Capa, Taro, Montanelli e, incluso, Kim Philby ejerciendo de presunto corresponsal, así como simples propagandistas. Seguir tanto la peripecia de muchos de ellos como lo publicado nos permite descubrir personajes relevantes que habían permanecido desconocidos, al menos en España, y sacar a flote aspectos de la vida y el trabajo de otros que ya tenían fama mundial.